Caer sin dolor no tiene sentido:
el dolor agrede, pero enseña... instruye.
Propongo un dolmen a mis caídas,
a las caídas de todos;
el dolor agrede, pero enseña... instruye.
Propongo un dolmen a mis caídas,
a las caídas de todos;
reconózcase a quienes cayéndose ¡emergen ya!,
institúyase el Premio Nacional de la Caída,
declárese el 13 de agosto Día Nacional de la Caída,
mejor de la Caída-Resurgimiento.
Bendigo los momentos que vencí mi fragilidad,
ese lapsus de retroceder o avanzar,
instantes que parecen eternos
y sólo son preámbulo de clímax temporal.
Presento a mi diestra estos moretones,
equimosis de mi última aventura,
perdón, de mi más reciente atrevimiento,
osadía de no otorgar honores inmerecidos
y hablar de lo que dicen no vende.
A mi izquierda guardo dos heridas,
recuerdos valiosos que no curo,
uno rememora mi primer tropezón consciente,
el otro es producto de mi ignorancia supina,
desconocimiento del valor de levantarse una y otra vez.
institúyase el Premio Nacional de la Caída,
declárese el 13 de agosto Día Nacional de la Caída,
mejor de la Caída-Resurgimiento.
Bendigo los momentos que vencí mi fragilidad,
ese lapsus de retroceder o avanzar,
instantes que parecen eternos
y sólo son preámbulo de clímax temporal.
Presento a mi diestra estos moretones,
equimosis de mi última aventura,
perdón, de mi más reciente atrevimiento,
osadía de no otorgar honores inmerecidos
y hablar de lo que dicen no vende.
A mi izquierda guardo dos heridas,
recuerdos valiosos que no curo,
uno rememora mi primer tropezón consciente,
el otro es producto de mi ignorancia supina,
desconocimiento del valor de levantarse una y otra vez.
¡Qué el amor cubra por siempre las caídas!
¡Qué el valor nos levante las veces que sea necesario!
¡Qué la dignidad sea la eterna compañera!
¡Qué el valor nos levante las veces que sea necesario!
¡Qué la dignidad sea la eterna compañera!
Autor: Abel Pérez Rojas
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