Dicen que soy héroe, yo débil, tímido, casi insignificante, si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos.
Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena.
La tristeza de la separación y de la muerte es el más grande de los engaños.
Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres.
No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano: no se ensucia porque algunas de sus gotas estén sucias.
Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales.
El nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado.
Nunca hay que pactar con el error, aun cuando aparezca sostenido por textos sagrados.
Los grilletes de oro son mucho peor que los de hierro.
El conocimiento profundo de las religiones permite derribar las barreras que las separan.
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